Una vez dadas las condiciones adecuadas para que la vida humana
pudiese existir, y cuando ya todas las demás muestras de la Creación habían aparecido, el hombre surgió.
Corrió una larga época que se conoce con el nombre de Prehistoria o Edad de Piedra, por ser generalmente líticos (esto es, de piedra), los utensilios, y las armas usadas entonces.
El hombre tubo que apelar a su ingenio, a su inteligencia, para poder alimentarse y sobrevivir.
A lo largo del Paleolítico, el hombre, según los hallazgos obtenidos, hizo de piedra sus principales armas e instrumentos, aún utilizando también la madera y el hueso.
Los hombres vivían de dar muerte a animales, de la recolección de frutos silvestres y de la pesca.
Con el uso de trapas para cazar a los animales de grandes dimensiones, los hombres acometían a las bestias, en una dramática pugna de la que dependía su vida misma.
En el Neolítico podía explotarse el suelo, el hombre descubrió la agricultura, y pudo, asimismo domesticar animales y obtener la ganadería.
Alvear Acevedo, C.. (2015). La Prehistoria. En Manual de Historia de la Cultura(pp.21-39). México: Limusa.
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