Cuando los españoles llegaron a Sudamérica en el siglo XVI, encontraron una vasta organización política-social extendida a lo largo de los Andes, desde el sur de Colombia, en el río Maule, al norte de Chile. Esa organización era el Imperio de Tiahuantinsuyo, alentada y dirigida por el pueblo inca.
El nombre inca en un principio se refería sólo a la calidad de jefe familiar, algunos incas lograron sobreponerse políticamente, hasta quedar constituidos en jefes supremos, a semejanza de los faraones, contraían nupcias con sus hermanas, Sus vestidos y su ambiente respondían a su condición divina, y cuando morían, su momia era depositada en el templo del Sol, en la capital del Imperio, que era el Cuzco.
La clase sacerdotal tenía gran importancia en la vida del pueblo, se encargaban de la educación de los jóvenes nobles y atendían las funciones propias del culto. Los nobles aportaban elementos para el gobierno y la dirección del ejercito, por debajo de ellos estaban los integrantes del pueblo.
Cada Jefe e familia recibía una parcela para trabajarla, la porción de tierra era aumentada en cuanto nacían los hijos. La explotación del suelo era una obligación pública, de suerte que sólo se exceptuaba de ella a quienes ejercían otras actividades de artesanía. La llama, la alpaca y la vicuña, fueron de enorme interés para la comunicación y para poder disponer de materiales. Los incas desconocían el uso de la moneda, y sus intercambios los hacían mediante el trueque, o cambio directo de las mercancías.
Había adoración a varios dioses. El principal de ellos era Viracocha, en el que se conjuntaban el Sol y la capacidad creadora. La vida religiosa tocaba al influyente sacerdocio, que realizaba las ceremonias del culto de cada mes. Sí practicaban sacrificios, aunque el número era reducido.
No conocieron la escultura, los incas fueron más bien forjadores de construcciones importantes realizadas a base de piedras enormes, cortadas con una precisión perfecta para poder unirlas y que formasen un conjunto equilibrado. Los templos y los palacios eran también de piedras, generalmente bajos y con techos de madera o de caña. Conocieron una forma de sepultura llamada huaca, que afectaba una cierta forma piramidal.
Los incas apenas desarrollaron la escritura, pero conocieron algunas representaciones pictográficas. Amantes de la música y de la poesía, volcaban sus sentimientos en composiciones que se acompañaban con sus instrumentos quena y antara. Su año lo formaban a base de periodos calculados por los cambios de la luna.
Eran varios pueblos que formaban una sola comunidad, a su rey se le llamaba Inca. El gobierno le daba a cada familia una tierra para producirla.
Vivían de la papa y de la carga de sus animales. Tenían religión monoteísta, su principal dios era el Sol. No tenían escritura, pero desarrollaron mucho la música y la poesía.
Alvear Acevedo, C.. (2015). Manual de Historia de la Cultura. México: Limusa.
Tarea
Machu Picchu
La ciudadela de Machu
Picchu, un santuario de la
civilización Inca construido
en el siglo XV poco antes de
la llegada de los españoles,
cumplía el domingo 100 años
de haber sido descubierta en
el sur de Perú y develada al
mundo por el estadounidense
Hiram Bingham.
El 24 de julio de 1911 el explorador
y aventurero Bingham
llegó a Machu Picchu, que
estaba cubierta por una selva
de exuberante flora y fauna,
y la divulgó a la comunidad
arqueológica mundial.
El lugar, un icono del turismo
mundial con más de 700.000
visitas por año, tiene un desafío
de conservación por toda la
gente que lo visita y por las
obras de infraestructura que se
construyen a su alrededor.
La ciudad de piedra de Machu
Picchu (Montaña Vieja) fue
construida por el emperador
inca Pachacútec en el siglo XV
en la cima de una montaña a
2.400 metros de altura, como
centro ceremonial o sitio de
descanso de nobles incas. Los
expertos descartan en cambio
que haya sido fortaleza militar.
“La ciudadela era un palacio
real construido por el inca
Pachacútec donde él acudía con
su familia e invitados en busca de
un lugar de relajamiento”, dice
el antropólogo estadounidense
Richard Burger.
Bingham, H. (1972). Machu Picchu. Ed. Rodas, Madrid, 161.
Viracocha
Entre los súbditos de los incas, conquistador español.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.aed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario